El árbol de la Moira empata directamente con un conjunto de leyendas y realidades populares y universales.
Es un árbol que nunca nadie quiso cortar y que, ahora, ya es imposible hacerlo. Su esencia trasciende a los tablones, a la leña y al bosque mismo. Es un árbol con unas condiciones inmanentes para todos aquellos relacionados con él. Y así sigue siendo tras el final del relato... y por muchos años.