“La vida es un tren del que nosotros somos los maquinistas, y tenemos que decidir qué vía tomar. Lo que pasa es que, unas veces, somos nosotros quienes manejamos el cambio de agujas y, otras tantas, alguien nos las cambia. Y, aunque no queramos, nosotros también lo cambiamos para otras personas. Y no hay nada peor en ese viaje que cambiarle la vía a alguien y mandar el tren por una equivocada”.
Por esto se escogió Cambio de agujas como título. A través de la prolongada vida de dos mujeres, son varias las ocasiones en que toman o les hacen tomar decisiones equivocadas de las que jamás podrán salir.
No hay más que contar sin que se pueda desvelar la trama. El escenario es como cualquier otro que se extienda desde los años 60 a la actualidad, uno cualquiera, digamos, aunque inclinándose un poco a la vida pueblerina de esa primera década y a la etnografía. El resto, una vida sucia e industrial a la que llegaron mediante un cambio de agujas inadecuado.
